martes, 25 de enero de 2011

El campo y la ciudad


Hay una brecha muy grande entre el campo y la ciudad.

Otra vez en Espinar, con mi abuela, que fuimos a dejarla... Mi mamá dice que no entiende que ya debe irse con nosotros porque allá ella no puede quedarse sola. Y claro, ella que ha vivido casi toda su vida en el campo, y que tiene un basto espacio donde moverse, que la pretendan dejar en un cuarto o en una casa no más de 2o0 m2 y sin mucho que hacer, no podría salir lo suficiente y encima las escaleras que su cuerpo ya no las tolera. No, demasiado para ella.

Me han contado que la mamá de una joven que trabajaba para nosotros, no quiere ir a la ciudad a vivir con sus hijos, y ha decidido regresar al campo aunque sea sola, e imagino el porqué.

Sin embargo la gente de ciudad tampoco se atrevería ir a vivir en el campo, y si lo hacen es por trabajo sientiéndose obligados a hacerlo, claro que hay excepciones. Incluyéndome, el campo me gusta, pero vivir ahí es otra cosa, y me pregunto, soportaré, tal vez lo pensé mucho.

Es otra forma de vida, otras costumbres, idioma, celebraciones, diversiones, comida, el clima, etc.

En qué momento se dividió el campo de la ciudad, en que momento surgieron estos dos mundos.
Ójala, deje de haber esta distancia, felizmente hay más organizaciones que se están interesando e en la vida campesina, en apoyar a la gente que trabaja ahí porque realmente no hay progreso.

Mi mamá me cuenta que después de la reforma agraria, muchas haciendas se fueron al abismo; por una parte, los campesinos a quienes se les había dado parte de estas tierras para trabajarlas, algunos se quedaron y otros vendieron los terrenos para irse a la ciudad, no había alguien que los dirigiese, faltaba organización, y así poco a poco la gente se fue a la ciudad;y los ex-hacendados, sufriendo el despojo de sus tierras, el trabajo de toda su vida, motivo por el cual sus hijos también decidieron salir de ahí, al notar el fracaso familiar. Generación que huyó del campo a la ciudad con miras de un futuro mejor. Después de tres decadas o más, la gente ha vuelto a mirar esas tierras abandonadas y que antaño eran tierras victoriosas de ganado y sembrío . Esperemos que el campo sea como antes y que la gente regrese a la tierra del olvido.